Nueva York, EU.- Pascal Siakam encendió el Madison Square Garden con una exhibición de poder ofensivo que los Knicks no pudieron contener. Sus 39 puntos, el registro más alto de su carrera en postemporada, marcaron el ritmo de un partido en el que los Pacers de Indiana volvieron a imponer condiciones para salir con la victoria por 114-109 y tomar ventaja de 2-0 en la final del Este.
Indiana jugó con aplomo, inteligencia y un ataque coral que complementó la explosión de su figura. Myles Turner colaboró con 16 puntos importantes, mientras que Tyrese Haliburton, siempre cerebral, entregó una actuación redonda con 14 tantos, 11 asistencias y ocho rebotes. La escuadra dirigida por Rick Carlisle demostró una vez más que no necesita brillar en lo espectacular, sino en lo eficiente.
El próximo episodio de la serie será el domingo, ahora en Indiana, aunque la localía no parece ser un factor determinante para estos Pacers, que se han convertido en una máquina fuera de casa.

Con seis victorias seguidas como visitantes desde la primera ronda, han dejado claro que su solidez mental es tan peligrosa como su velocidad de juego.
En cambio los Knicks siguen dependiendo casi exclusivamente de Jalen Brunson, quien firmó otra actuación de alto voltaje con 36 puntos y 11 asistencias. Pese a sus esfuerzos, Nueva York no logró recuperarse del bajón que sufrió en los primeros minutos del último cuarto, justo cuando Indiana pisó el acelerador y marcó la diferencia definitiva.

A diferencia del primer duelo, donde los errores defensivos fueron una condena, los neoyorquinos ajustaron la marca y pelearon con más orden. No obstante, su ofensiva se volvió predecible y poco efectiva en los momentos críticos. La falta de variantes más allá de Brunson fue evidente, y el equipo pagó caro cada desconexión.
Ahora, el histórico equipo de Manhattan está obligado a reaccionar si no quiere ver cómo su regreso a las finales de conferencia, después de un cuarto de siglo de espera, termina en decepción. Indiana, mientras tanto, parece haber encontrado el equilibrio perfecto entre experiencia, frescura y ambición. Y con Siakam en este nivel, el viaje a las finales luce más posible que nunca.
