Las Vegas, NV.- Spurs de San Antonio y Knicks de Nueva York chocarán este martes en la Ciudad de Juego por el título de la Copa NBA 2025, en un juego con sabor a revancha.
Será apenas la tercera ocasión que esté en juego la Emirates NBA Cup; en su corta historia, Lakers (2023) y Bucks (2024) han tenido el honor de llevarse el trofeo de monarca.
Como ocurre con cada final de la NBA se trata de una guerra entre el Este y el Oeste, personificada en esta ocasión por uno de los candidatos de salida en la temporada como son los Knicks ante una de las sorpresas del año, como están siendo los Spurs, completamente cambiados desde la llegada de Victor Wembanyama.

Precisamente la presencia del francés centrará gran parte de los focos del partido. No estuvo cuando su equipo eliminó por sorpresa a los Lakers de Doncic y LeBron, pero sí fue determinante cuando reventaron la Copa dejando fuera en semifinales a los grandes favoritos al título (y al anillo): Thunder de Oklahoma City
El partido será un interesante medidor de lo que ambos equipos pueden hacer más allá de la final de Copa.
LA HISTORIA SE ASOMA EN LA NUEVA FINAL

No será está la primera vez que ambos equipos estén frente a frente por un título de la NBA.
No es lo mismo, pero los Knicks tendrán su oportunidad para la revancha porque la última vez que se asomaron a una final, los Spurs les volaron la cabeza.
En realidad, los Knicks llevan más de medio siglo, 52 años, sin llevarse un título a la boca.
En la década de los 70 ganaron dos casi seguidos, en 1970 y en 1973, separados por los campeonatos de los Bucks (1971) y de los Lakers (1972).
Era una época en la que se repetía título con dificultad, y sus dos anillos demostraron cierto dominio de la Liga. Y se acabó, después de eso… nada.
Disputaron dos veces las finales; la primera, aprovechando la brecha que había dejado Michael Jordan con su primera retirada, los Knicks alcanzaron el último capítulo de la campaña 1993-94 con Patrick Ewing al mando.

Fueron descabalgados por los Rockets de Houston de Hakeem Olajuwon (4-3). En 1998-99, volvieron a la carga, nuevas finales, y nueva decepción, todavía peor: 4-1 ante los San Antonio Spurs.
Los Spurs, por entonces, eran un equipo en construcción. El primer año de Tim Duncan en el equipo lo mejoró en 36 victorias (de 20 a 56), el segundo lo metió en las Finales y ganó.
El del 99, ante los Knicks, fue el primer anillo de los Spurs de los cinco que ganaría en un espacio de 16 años, tres de ellos, el segundo, tercero y cuarto, llegaron en cinco años.
En los Spurs campeones de 1999 jugaban además de Duncan, Avery Johnson, Mario Elie, David Robinson en sus últimos años y hasta un Steve Kerr que ganó su cuarto anillo seguido, tras llevarse los tres anteriores con Chicago.
En los Knicks que perdieron la final, estaban, entre otros, el padre de Jalen, Rick Brunson, y estrellas como Patrick Ewing, Latrell Sprewell, Allan Houston o Larry Johnson.

EL PRESENTE QUE RODEA A SPURS Y KNICKS
Los Knicks es un equipo que cuenta y mucho en los Playoffs de un Este más debilitado de lo normal, dominado de salida por los Pistons y sin contendientes tan claros como otros años como Celtics, Cavaliers o Bucks.
El equipo de la Gran Manzana con Jalen Brunson y Karl-Anthony Towns a la cabeza se erige como gran candidato a estar en la final de la NBA de junio. Pero aún no se han enfrentado a ningún equipo del top 5 del Oeste y por eso, la prueba ante los Spurs y la presión de la final, pueden enseñar lo que los Knicks pueden dar de sí.
Son segundos tras Detroit con 18-7 y lucen una racha de siete victorias en los últimos ocho partidos, sin contar el triunfo ante los Orlando Magic.
San Antonio ha encontrado su lugar en el Oeste incluso con lesiones tan importantes como haber estado más de un mes sin ‘Wemby’.
Con su vuelta, lo normal es que sus números mejoren, y ya están cuartos también con 18-7, como los Knicks. Aparte del francés, los tejanos han encontrado muchas soluciones con jugadores como D’Aaron Fox (23,9 puntos de media), Stephon Castle (18,4), Devin Vassell (15,7), Harrison Barnes (13,2) y el rookie Dylan Harper (13,1). Con todos sanos, son un peligro absoluto en los cruces de Playoffs.


