Memphis, TN.- Estados Unidos.- Quiero cumplir mis sueños y compartir mi crecimiento», expresó Derrick Rose al anunciar su retiro de las duelas de la NBA.
La declaración de uno de los mejores jugadores modernos de la historia de la NBA cayó como un balde de agua fría a los seguidores del mejor basquetbol del mundo.
El MVP más joven de todos los tiempos, el jugador al que una lesión destrozó todo. El que jamás se rindió pese a que ese base que hacía maravillas ya no volvería a pisar un terreno de juego.
La retirada de Derrick Rose llega tras cerrar el círculo a su carrera. Regresó a Memphis, el lugar en el que había sido feliz como un universitario sin comparación. Aunque ya era una estrella mucho antes de eso, pues formó parte del prestigioso instituto de Simeon en su Chicago natal y fu comparado a Ben Wilson, una de esas figuras que hubiesen liderado en la NBA pero al que la desgracia atrapó. A Rose, Memphis le reportó el número 1 del Draft y allí fue a retirarse como un maestro para los jóvenes jugadores de los Grizzlies.
Aunque nada se comparará con Chicago y sus Bulls. «Uno de los nuestros», dicen los carteles de la legendaria franquicia para despedir al chico surgido en Englewood, uno de los barrios más peligrosos de la ciudad. Porque en los Bulls se hizo gigante y en al 2010-11 voló hasta los 25 puntos, 7,7 asistencias y 4,1 rebotes por partido. La NBA se enamoró de Rose y le entregó el MVP. El más joven de todos los tiempos.
Rose podría haber reinado, pero todo se truncó. Empezaron los problemas de rodillas y en los Playoffs de 2012 la historia dio un volantazo durísimo. Era el primer partido de los Playoffs y los Bulls ganaban por 12 puntos con algo más de un minuto por disputarse. Rose saltó y al caer su rodilla dijo basta. Tenía un desgarro en el cruzado de la pierna izquierda, y el jugador cambió radicalmente.
«Fue una lesión que generó un trauma mental. Es increíblemente impactante que en ese momento cambió la forma de pensar sobre sí mismo y su entorno», reconoció el doctor Michael Casale. Aunque Rose siempre expresó que la grave lesión le había cambiado en otro sentido. «La gente piensa que estoy deprimido por todo lo que pasó. Es todo lo contrario», reflexionó.