Dallas, TX.- Los Maverics sufrieron su cuarta derrota de forma consecutiva al caer en su casa ante los Grizzlies de Tennesse por 111-122 el viernes por la noche.
Los Mavs son un equipo sin alma y no tienen nada que hacer ya en una temporada perdida para ellos.
La condena al infierno es un hecho para los Mavericks, que en el último mes de competición han vivido algunas de las peores semanas de la historia de cualquier deporte.
Ya da igual que ganen o pierdan en una temporada que estará eternamente marcada por la decisión de traspasar a Luka Doncic. Una que señala absolutamente a Nico Harrison como general manager y a los propietarios de la entidad, PAtrick Dumont y la familia Adelson, que se hicieron con la mayoría de las acciones de la franquicia desplazando de ese puesto a un Mark Cuban que se quedó alucinado con lo ocurrido.
El antiguo mandamás nunca habría tomado un camino semejante, como se ha hartado de decir desde que ha sido capaz de articular palabra. De hecho, sería lícito decir que nadie en su sano juicio se adentraría en el sendero en el que están inmersos los texanos, que han renunciado a su pasado más reciente, pero también a su presente y a su futuro en un movimiento del que sólo hemos visto algunas consecuencias, todas negativas.
