CDMX.- El América regresó a la senda de la victoria con un anémico 1-0 sobre los Gallos Blancos del Querétaro al continuar la fecha 4 del Apertura 2025 de la Liga MX.
Es un resultado que, si bien devuelve confianza en el marcador, no logra disipar las dudas sobre el funcionamiento del equipo.
La última victoria del América en tiempo reglamentario se remontaba a la jornada 2, cuando superó 3-1 a Xolos de Tijuana el 16 de julio.

Desde entonces, el equipo había acumulado empates en la Liga MX y actuaciones discretas en la Leagues Cup, donde no consiguió ganar un solo partido en 90 minutos y terminó eliminado, sumando únicamente puntos en tandas de penales.
Frente a Querétaro, el América mostró nuevamente un juego poco profundo en ataque. El equipo de André Jardine controló la posesión, pero careció de ideas claras para generar peligro real. La anotación que definió el partido llegó temprano y producto de una gran jugada individual de Dagoberto Espinoza, dejando la sensación de que el potencial colectivo sigue sin explotarse al máximo.
La afición espera un cambio de ritmo, sobre todo considerando la exigencia que implica portar los colores azulcremas y el objetivo de pelear por el campeonato. Jardine, consciente de las críticas, deberá encontrar pronto las respuestas para transformar las estadísticas en un juego convincente.

Uno de los puntos más señalados es la falta de contundencia ofensiva. Aunque América cuenta con delanteros de renombre, la generación de oportunidades claras ha sido escasa. Esto obliga al equipo a depender de chispazos individuales o errores del rival, algo insostenible para el resto de la temporada. En defensa, el conjunto mostró cierta solidez ante Querétaro, evitando que el rival generara grandes amenazas. La victoria fue un respiro, pero no un alivio total. El calendario se intensifica y los próximos rivales exigirán más que una anotación aislada y control estéril del balón.
Este arranque de temporada para el América ha sido una montaña rusa de sensaciones. Entre empates, derrotas dolorosas y victorias con más dudas que certezas, el equipo ha dejado una mezcla de preocupación y expectativa entre su afición. Los números reflejan un rendimiento irregular, con partidos donde el marcador fue favorable, pero el desempeño en la cancha es frío.
