CDMX.- La historia futbolística entre México y Japón está marcada por partidos vibrantes, con emociones que han quedado grabadas en la memoria de los aficionados.
Desde los Juegos Olímpicos de 1968 hasta los duelos más recientes, ambas selecciones han protagonizado encuentros llenos de intensidad, donde cada victoria ha tenido un significado especial.
Este sábado, ambas naciones se verán nuevamente las caras en un partido amistoso en el Oakland Coliseum, como parte de su preparación rumbo al Mundial de 2026, con Javier Aguirre al mando de la selección mexicana.

El primer choque memorable llegó en los Juegos Olímpicos de México 1968, donde los anfitriones cayeron 0-2 frente a un equipo japonés que sorprendió por su velocidad y orden táctico.
Aquel resultado dejó una lección temprana para el Tricolor, que aprendió que enfrentarse a Japón significaba lidiar con un rival disciplinado y con una capacidad técnica en constante crecimiento.
Durante los años 90, los enfrentamientos amistosos comenzaron a equilibrar la balanza. En 1996, Japón se impuso 3-2 en un duelo vibrante, pero México respondió con victorias en los amistosos de 1998 (2-1) y 2000 (1-0), mostrando la capacidad del combinado nacional para ajustarse al estilo nipón.

Estos partidos no solo sirvieron de preparación, sino que también cimentaron una rivalidad deportiva marcada por el respeto mutuo.
La Copa Confederaciones marcó un punto de inflexión en esta relación deportiva. En 2005, México venció 2-1 a Japón en un encuentro en el que Jared Borgetti y Kikin Fonseca brillaron con goles decisivos. Ocho años más tarde, en el torneo de 2013, el Tricolor repitió el marcador de 2-1, confirmando que, en escenarios de alta presión, la selección mexicana tenía los recursos para imponerse a su rival asiático.
Estos triunfos reforzaron el prestigio de México en torneos internacionales y quedaron en la memoria como grandes exhibiciones de fútbol.
Sin embargo, si hay un triunfo que los aficionados mexicanos recuerdan con especial cariño es el de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. En la semifinal, el combinado dirigido por Luis Fernando Tena derrotó 3-1 a Japón con goles de Marco Fabián y Oribe Peralta, asegurando el pase a la histórica final donde México conquistó el oro.
Ese encuentro no solo representó una victoria en el marcador, sino también un símbolo de superación y carácter en el camino hacia el título olímpico.
La rivalidad se reavivó en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020. Primero, en la fase de grupos, México cayó 1-2 ante Japón, pero el Tricolor tuvo su revancha en el duelo por la medalla de bronce, con una victoria contundente por 3-1, que permitió al equipo nacional subir al podio.

Ese resultado confirmó la capacidad del conjunto mexicano para responder en momentos decisivos y dejó una de las páginas más gloriosas en la historia olímpica del fútbol nacional.
El amistoso de este sábado servirá como un nuevo capítulo en esta historia. Bajo la dirección de Javier Aguirre, México busca afinar su estilo y consolidar un plantel competitivo con miras a la Copa del Mundo 2026.
El duelo en el Oakland Coliseum promete intensidad y espectáculo, con dos selecciones que han aprendido a respetarse y que, cada vez que se enfrentan, ofrecen partidos que trascienden el marcador y quedan grabados en la memoria de los fanáticos.
