Monterrey, NL.- Las Águilas del América nunca doblaron las manos en el Gigante de Acero de la Sultana del Norte y su tenacidad rindió frutos al sacar un empate a dos al Monterrey en los minutos finales del partido.
El encuentro estuvo marcado por un debut de lujo para Anthony Martial, quien ingresó en la recta final con Rayados.
El conjunto azulcrema evitó su segunda derrota consecutiva en un encuentro lleno de emociones y giros inesperados.
El primer tiempo estuvo marcado por varias jugadas de peligro, pero fue Monterrey quien abrió el marcador al minuto 17 con un gol de Fidel Ambriz tras un rebote en el área. Las Águilas intentaron reaccionar, pero la presión de los locales y las intervenciones de Malagón evitaron que el marcador se ampliara. A pesar de las llegadas de Saint-Maximin y Zendejas, América no lograba concretar sus oportunidades, mientras que el equipo de Rayados mostraba mayor solidez defensiva y algunas llegadas peligrosas.
La segunda mitad comenzó con intensidad. América se mostró más agresivo, con intervenciones destacadas de Saint-Maximin y Fidalgo. Sin embargo, Monterrey aprovechó un error defensivo para ampliar su ventaja al minuto 44 con un gol de Sergio Canales. La situación se ponía complicada para el equipo visitante, que ya veía muy lejanas las opciones de remontar. Sin embargo, la historia cambió en los minutos finales.
A los 81 minutos, Rodrigo Aguirre logró acortar distancias para las Águilas, tras aprovechar un pase filtrado de Allan Saint-Maximin que desarmó la defensa rival. El delantero capitalizó la oportunidad con un remate preciso, encendiendo la esperanza de los seguidores azulcremas y generando incertidumbre en el marcador cuando parecía que el partido estaba definido.
En el minuto 88, la intensidad se mantuvo y el equipo azulcrema encontró el empate en una acción ejecutada a la perfección. Un tiro de esquina cobrado por Zendejas encontró la cabeza de Ramón Juárez, quien definió con precisión para igualar el marcador en el último suspiro. Con este gol, el América evitó lo que parecía una derrota segura, demostrando carácter y resiliencia en un encuentro cargado de emociones y con un cierre que mantuvo al público al borde del asiento.
